El volumen de secreción de dopamina no es siempre el mismo, depende de varios factores, entre ellos de la intensidad de la emoción y el placer. Obviamente, no todas las canciones ni toda la música provoca una liberación similar de dopamina. Diversos estudios, entre ellos los llevados a cabo por el Instituto Neurológico de Montreal y el Hospital –La Neuro– en la Universidad McGill, han revelado, mediante complejas técnicas de imagen (tomografía por emisión de positrones y resonancia magnética funcional) que la liberación de dopamina es mayor cuando escuchamos música placentera que cuando escuchamos música neutra. Además, tal y como sucede con la comida o el sexo, existe un fenómeno de anticipación.