Todas las experiencias del bebé, como ver la sonrisa de su madre o escuchar una charla entre sus padres, fortalece y forja la unión entre grupos de células que inducen a la positividad. Aquellas partes del cerebro que no son usadas, tienden a atrofiarse. Por esta razón, las primeras experiencias de un niño pueden ayudar a determinar cómo será cuando crezca. Algunos investigadores creen que
el aprendizaje con música podría ser una de las experiencias que actúan de manera favorable para que estas conexiones del cerebro se realicen.